MENTES REPROBADAS

MENTES REPROBADAS

Vivimos en una época donde las voces del mundo intentan moldear nuestra manera de pensar. Pablo nos advierte en Romanos 12:2 que no debemos conformarnos al sistema presente, sino permitir que Dios renueve nuestra mente. Una mente reprobada nace cuando una persona rechaza insistentemente la verdad divina. El resultado es una manera de pensar distorsionada que llama bueno a lo malo y malo a lo bueno. Sin renovación espiritual, la mente termina alejándose de aquello que da vida.

Una mente reprobada no aparece de un día para otro; es el fruto de un corazón que se resiste a Dios. Cuando alguien decide ignorar la luz de la Palabra, su discernimiento se apaga lentamente. La
persona comienza a justificar acciones que antes sabía que eran incorrectas. El corazón se desplaza hacia el orgullo, la autosuficiencia y la insensibilidad espiritual. Al final, la mente se vuelve incapaz de distinguir entre lo recto y lo corrupto.

Las Escrituras describen esta condición como peligrosa porque afecta cada área del ser humano. Pablo menciona que quienes viven bajo una mente reprobada practican el pecado sin remordimiento y hasta se complacen en que otros lo hagan. No solo pierden sensibilidad moral, sino que se vuelven enemigos de todo lo que honra a Dios. Cuando la carne domina, la paz desaparece y la vida se llena de confusión. Quebrar este ciclo requiere una intervención divina.

La buena noticia es que Dios no deja a nadie sin esperanza. Allí donde hay oscuridad, Él ofrece transformación mediante Su Espíritu. La renovación de la mente ocurre cuando permitimos que la Palabra de Dios limpie nuestros pensamientos y reordene nuestras prioridades. Orar, obedecer, congregarse y caminar en humildad se convierten en disciplinas que abren espacio a la restauración. Dios desea cambiar nuestra manera de pensar para cambiar nuestra manera de vivir.

El llamado final es claro: no permitas que tu mente quede atrapada en patrones que te alejan de Dios. Examina tu corazón, reconoce tus luchas y permite que el Señor te guíe nuevamente hacia Su
verdad. Una mente renovada produce paz, claridad y propósito. Cuando dejamos que Dios moldee nuestros pensamientos, descubrimos Su voluntad perfecta, agradable y buena.

La transformación comienza cuando entregamos nuestra mente a Aquel que puede hacerla nueva.

Del escritorio de Toby Jr.

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