El Congelador (Ley Sanitaria Integral)

¡Metan al congelador su orgullo, arrogancia, su soberbia y pongámonos trabajar!

 

Se atribuye a William Cullen (1712-1790) el invento de la primera máquina para enfriar construida en Gran Bretaña en 1784; por otro lado Antoine Baumé, sobre la misma época, provocó frío artificial gracias a que desde el año 1730 ya se disponía de éter etílico.

 

Desde hace miles de años el ser humano ya estaba interesado en la conservación de los alimentos. Por eso utilizaban agua y hielo para detener la descomposición y preservar sus presas cazadas. Por ello en esta etapa prehistórica guardaban los alimentos en el fondo de las cavernas o cuevas de hielo.

 

Durante la Edad Antigua y la Edad Media generalmente para la conservación de los alimentos, utilizaban las especias y la sal. Lo cierto es que en 1748, el escocés Mr. William Cullen fue el encargado de construir el primer frigorífico que funcionaba con electricidad. Años más tarde, en 1842, se hizo por primera vez la congelación de alimentos de forma comercial.

 

Por otra parte, Clarence Birdseye, fundador de Birdseye Seafoods en 1922, comprobó que cuanto más rápido se producía el proceso de congelación del alimento fresco, mejor conservaba su sabor y textura originales.

 

El termino Congelador del que hoy hablo, es el término que los diputados y funcionarios de Gobierno que forman parte de la mesa de negociación para y por la salud del pueblo Salvadoreño (Ley Sanitaria Integral) están utilizando para detener los procesos y activación de la economía Nacional.

 

“Diputados y Gobierno chocan por propuesta de reactivar sector privado el 8 de junio y el público el 13”

 

Parece una mentira que en medio de una pandemia estemos jugando con la salud y con el bienestar de todo un pueblo, por no decir de todo el mundo. Poner las cosas en el congelador no resolverá la problemática que hoy estamos afrontando, la situación amerita un poco más de esfuerzo voluntad dominio y propio.

 

Nadie se sienta a la mesa a negociar si no está dispuesto para hacer concesiones ante su oponente político; en esta situación tan difícil que atravesamos, los entendimientos son y serán necesarios por el bienestar de todos.

 

“La Comisión Política reanudará la reunión a las 9 de la mañana de este viernes y para las 2 de la tarde está prevista la plenaria para aprobar la nueva normativa”.

 

Palabras como “A menos que los diputados quieran dialogar de verdad”, nos ponen a todos aún más nerviosos de lo necesario; esto suena como rumores de guerra y no de esperanza lo cual complica más la dura situación que estamos atravesando en todas las áreas: familiar, económica, social y política.

 

Nadie tiene la última palabra en este caso, las cosas se siguen complicando ya que el COVID-19 sigue avanzando sin discriminar a nadie; aquí no se trata de tu color de piel y tu nivel de educación. Aquí se trata de una guerra sin trincheras que si no la logramos frenar, nos frenará ella a todos nosotros por igual.

 

“Por quinto día, diputados de la Comisión Política y emisarios del Gobierno se reúnen para definir una nueva ley de emergencia”.

 

El comercio pierde $100 Millones diarios, los conocedores en este caso el presidente de la cámara de comercio explicó que hasta la fecha son más de $5,000 Millones en pérdidas; pero también vemos que el número de muertes esta incrementado. Entonces ¿Qué hacer? Esa es la gran pregunta.

 

Metan en el congelador, SU ORGULLO, SU ARROGANCIA, SU SOBERBIA, y pongámonos a trabajar en este problema que está causando luto en miles de hogares de El Salvador; pongamos reglas claras y fechas exactas sin caprichos ni amenazas, por el amor a Dios y a la Patria comportémonos como profesionales.

 

“Quince días más de cuarentena “estricta” enfrentó ayer a los diputados de la oposición con funcionarios del Gobierno. Hubo altercados fuertes y tono de voces elevadas en la jornada de la tarde”.

 

Entre más estricta sea la cuarentena, mejores serán los resultados, entre más rápido se reactive el comercio, más rápida será la recuperación; esto esta así de claro. ¿Qué esperamos entonces para hacerlo realidad? ¿Cuántos más deben morir? Cuántas empresas más deben cerrar? ¿No vale El Salvador la pena como para congelar el orgullo, la arrogancia y la soberbia por el bien de todos?

 

Si van a congelar algo, que sea la mezquina manera de hacer sentir su fuerza sobre aquellos que sufrimos por esta pandemia en El Salvador y el Mundo.