EMPATÍA

El apóstol Juan preguntó: “Si alguien tiene posesiones materiales y ve a un hermano o hermana necesitado pero no tiene piedad de ellos, ¿cómo puede estar el amor de Dios en esa persona?”

1 Juan 3:17

 

EMPATÍA: Participación afectiva, y por lo común emotiva, de un sujeto en una realidad ajena; comprensión íntima, que nos permite entender totalmente los móviles o sentimientos de una persona.

 

La empatía es la intención de comprender los sentimientos y emociones, intentando experimentar de forma objetiva y racional lo que siente otro individuo. La palabra empatía es de origen griego “empátheia” que significa “emocionado”. La empatía hace que las personas se ayuden entre sí.

 

Jesús siempre fue sensible a la difícil situación de los demás. Mateo nos dice cómo Jesús, “cuando vio las multitudes, … tuvo compasión de ellos, porque fueron acosados e indefensos, como ovejas sin pastor” Mateo 9:36

 

Cuando se habla de empatía se hace referencia a una habilidad tanto cognitiva como emocional o afectiva del individuo, en la cual este es capaz de ponerse en la situación emocional de otro. La empatía tiene una función de adaptación a nivel social, permite conectar con los demás, comprendiendo el mundo interno de otras personas. Se puede deducir que comprender al otro facilita la mejora y el mantenimiento de vínculos en las diferentes relaciones sociales.

 

Nadie puede vivir con Cristo en su corazón y no ser empático con los que le rodean; una de las cualidades del liderazgo de Jesús es el nivel de empatía que tiene con todo los que la religión había abandonado; el permite que los excluidos se acerquen, el permite que los marginados sean tomados en cuenta.

 

Bendita manera de ser la de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, esa humildad con la que se movía en una sociedad curtida por todas las malas prácticas religiosas, esa sencillez de hablar de las cosas sin tener que utilizar palabras altisonantes; que calidad humana más grande. Es por ello que miles, incluso millones aún estamos siguiendo sus pasos.

 

¿Eres tú empático con los que te rodean?, ¿Comprendes que ellos también tienen debilidades como tú?; ¿Entiendes que nadie es perfecto, sino solo Dios? Esto es básico para poder ejercer un liderazgo efectivo y atractivo en la vida pastoral y secular. Iniciemos hoy a emprender el camino hacia la empatía para con todos los que nos rodean.

La palabra compasión describe la profunda misericordia de Dios. Dios es el mejor en empatía: “Él sabe cómo estamos formados, recuerda que somos polvo” Salmo 103: 14.

 

Recuerda que para mejorar nuestra capacidad de empatía:

  • Practicar la escucha activa con la intención de entender al otro.
  • Partir de la base que tu forma de ver las cosas es única y que todos los puntos de vista son válidos y respetables.
  • Entrenar la capacidad de entender las propias emociones como base para entender las de los demás.

 

Del escritorio de Toby Jr.