El Diccionario de Webster define a la “ingratitud” como: “Olvido de, o pobre agradecimiento por la bondad recibida”. También puede definirse como no apreciar o valorar lo que se tiene, o lo que se ha recibido. ¡La gratitud no expresada es también ingratitud!
Pues aunque conocían a Dios, no le honraron como a Dios ni {le} dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido.
Romanos 1:21
¡Cuántas personas no agradecen las cosas que la vida les brinda, aun sin merecerlo!, esa actitud de indiferencia es la que hoy llamaremos ingratitud; ¿Cuántas veces, a pesar de recibir mucho, no agradecemos?, ¿Cuántos favores recibidos no han sido reconocidos?, ¿Cuántos detalles no han sido agradecidos?; Vamos a cambiar esta mala costumbre que está afectando a miles de personas, y parece que nadie está notando sus consecuencias.
El capítulo 17 del evangelio de Lucas registra una sanación milagrosa. En este relato, Cristo sanó a diez leprosos. El versículo 12 dice: “Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!”
Estos hombres recibieron de parte de Dios, por medio de Jesús la oportunidad de volver a la vida productiva de una sociedad cruel y muy dividida en los temas de enfermedades; en aquellos tiempos ellos como leprosos estaban aislados de toda actividad familiar religiosa y social. Esto significa que no solo fueron sanos, si no también reincorporados a su vida diaria, y a pesar de ello no volvieron todos a agradecer el favor recibido.
Oíd, cielos, y escucha, tierra, porque el SEÑOR habla: Hijos crié y los hice crecer, mas ellos se han rebelado contra mí. El buey conoce a su dueño y el asno el pesebre de su amo; {pero} Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento.
Isaías 1:2-3
La Biblia registra las experiencias de otra nación, la antigua nación de Israel, que también se quejaba y murmuraba constantemente. No importa lo que Dios hacía por ellos, nunca era suficiente.
Después de 430 años de esclavitud bajo los egipcios, los israelitas, a través de la intervención milagrosa de Dios, fueron liberados de la esclavitud. Al salir de Egipto, Dios les permitió recolectar riquezas, ganado, comida, oro, joyas y suministros. Dios realizó muchos milagros mientras viajaban por el desierto. Los seleccionó como Su Pueblo, prometiendo llevarlos a una tierra “llena de leche y miel”.
Note las palabras claras de Dios a los israelitas: “Y he descendido para librarlos de la mano de los egipcios, y para llevarlos de esa tierra a una tierra buena y grande, a una tierra que fluye leche y miel” (Éxodo. 3:8).
Así dice el SEÑOR: ¿Qué injusticia hallaron en mí vuestros padres, para que se alejaran de mí y anduvieran tras lo vano y se hicieran vanos? Tampoco dijeron: ¿Dónde está el SEÑOR que nos hizo subir de la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una tierra de yermos y de barrancos, por una tierra seca y tenebrosa, una tierra por la que nadie pasó y donde ningún hombre habitó?
Jeremías 2:5-6
Ser ingrato cerrará muchas puertas y oportunidades en la vida, valdría la pena desarrollar el hábito de la gratitud; les propongo que iniciemos por pequeños detalles como la oración por los alimentos, luego aprendamos a dar gracias por la vida cada mañana. Poco a poco desarrollaremos el hábito de agradecer, a Dios y a todos, por las bendiciones recibidas sean merecidas o no; en pocos meses tendremos los resultados de vivir con gratitud cada día de nuestras vidas.
Ingratitud: Ingratitud es un concepto que está formado por in que significa falta y gratitud. Por lo que alude a la falta de gratitud o de agradecimiento. El ingrato es alguien que no valora ni aprecia los favores o la ayuda que le dieron. Además, tiene una actitud egoísta y soberbia hacia quien lo ayudó.
También la ingratitud se puede definir como el desagradecimiento, la falta de reconocimiento por los favores o ayuda recibida.
No esperes que sea demasiado tarde, agradece antes que te haga falta, recuerda que un corazón agradecido es un corazón bendecido, agradece a tus padres, agradece a tus maestros, agradece a tus compañeros, agradece a tus amigos; si iniciamos hoy a vivir con gratitud entonces la vida no podrá tratarnos con ingratitud. Todo lo que el hombre siembra, eso cosecha, la ingratitud cosecha ingratitud, pero la gratitud abre puertas que nadie podrá cerrar.