La tormenta perfecta

La tormenta perfecta

En la vida todos enfrentamos momentos que parecen tormentas perfectas: situaciones en las que todo parece conspirar en contra. La Biblia nos muestra, a través de la historia de Jonás, que no podemos huir de Dios ni de su llamado. La desobediencia no solo trae consecuencias para nosotros, sino también para quienes están a nuestro alrededor. Sin embargo, aun en medio de la tempestad, Dios tiene el control y sus propósitos siempre se cumplen.

La fe es la clave que nos sostiene cuando todo parece perdido. Abraham salió de su tierra sin saber a dónde iba, confiando en las promesas de Dios. Daniel oró aun cuando estaba prohibido y Dios lo libró del foso de los leones. La mujer que padecía flujo de sangre creyó que solo con tocar el manto de Jesús sería sanada. Noé construyó un arca aun sin haber visto la lluvia. Todos ellos caminaron en fe, y esa fe fue recompensada.

La Palabra de Dios nos recuerda que “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1). Por eso, cuando enfrentes tu tormenta, no te dejes arrastrar por la duda. La fe, aunque sea tan pequeña como un grano de mostaza, tiene el poder de mover montañas. Confiar en Dios, incluso cuando no entendemos, es el ancla que nos mantiene firmes en medio de las pruebas.

Para superar la tormenta perfecta, necesitamos poner en orden nuestra vida. Recoge la basura que te estorba, limpia tu corazón, no construyas sobre terrenos peligrosos y mantente alerta. Muchas veces no es Dios quien complica nuestro camino, sino nuestro propio desorden. Pero si ponemos en práctica la obediencia, el orden y la fe, veremos cómo Él abre camino aun en medio del caos.

La conclusión es clara: las tormentas llegarán. No podemos evitarlas, pero sí podemos decidir cómo enfrentarlas. Si confías en Dios, Él te sacará de esta y de muchas más. No importa cuán fuerte sea la tempestad, el Señor sigue siendo el capitán de tu vida. Así que cuando todo esté en tu contra, recuerda que con fe, obediencia y confianza en Dios, la tormenta perfecta puede convertirse en la oportunidad perfecta para ver su poder y su fidelidad.

Del escritorio de Toby Jr.

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