(Alejandra: una batalla contra el Cáncer).
Aguarda a Jehová;
Esfuérzate, y aliéntese tu corazón;
Sí, espera a Jehová. (Salmos 27:14)
El 2018, en mi mente estaba que sería el mejor año de mi vida, en mi mente estaba que por fin era mi turno para ser feliz y alcanzar mis sueños y metas para ese año, lo tenía todo para hacerlo, era sobreviviente del cáncer, me estaba convirtiendo en la mejor de mi clase, me había quedado con amistades que valían oro.
Estaba comenzando a ser feliz y no me lo podría creer hasta donde había llegado, ¡Maldición! lo había logrado. Cuando de repente, en mayo, comencé a tener el deja-vú más horrible y temible. Todo estaba volviendo a pasar me sentía mal, tenía dolor la mayoría del tiempo, faltaba a clases, no encontraban que tenía, era como estar volviendo al 2015, otra vez. Todo eso me olía mal, sabía que algo malo estaba por pasar.
Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas. (Proverbios 3:5-6)
Me causaba ansiedad extrema saber el rumbo que estaban tomando las cosas. En Mayo pasó eso a lo que tanto le temía y no quería aceptar. Tengo ese recuerdo tan grabado en mi memoria que creo que jamás olvidaré ese escenario el doctor y la sicóloga aproximándose a mi camilla, el doctor comienza a explicarme que los resultados de la médula ósea ya están y con una mirada triste pregunta si quiero saber los resultados contesto:- obviamente si y salen las palabras más temidas por mí, de su boca. «ES UNA RECAÍDA» –
Comencé a llorar, mi mundo entero se vino abajo, todas mis esperanzas, sueños, meta, expectativas TODO, en ese momento el doctor me pregunta ¿tú tienes sueños? le respondo que sí, y él prosigue y me dice: NUNCA DEJES DE SOÑAR.
Mas yo en tu misericordia he confiado;
Mi corazón se alegrará en tu salvación.
(Salmos 13:5)
En el momento no le tomé importancia a las palabras porque lo único que estaba en mi mente en ese momento era que preferiría estar muerta a soportar otro sufrimiento más, ahora mi mente esta más clara y he tenido mucho tiempo para reflexionar y logré profundizar en aquella frase tan sencilla. El que esté pasando por un sufrimiento, problema no quiere decir que ahí se terminó todo no significa que me quedaré ahí para siempre y que es el fin de todos mis sueños o metas EL CANCER ME DESACELERA, PERO NO ME VA A PARAR.
Puede que vaya por el camino más difícil de la vida, puede que no haya conseguido lo que quise en el 2018 pero de algo estoy segura es que lograré algo muchísimo mejor de lo que planeé ese año. Luego de esta doble lucha que he dado sé que la vida y Dios me sorprenderán con algo extraordinario y lo veré a futuro.
Esperé yo a Jehová, esperó mi alma;
En su palabra he esperado. (Salmos 130:5)
Sé que me falta mucha paciencia para entender por qué y el propósito de mi vida y que me falta mucho por aprender pero espero llegar a ver como mis sueños no solo se quedan en mis sueños sino, en cómo se hacen una realidad.
– ALE
¡Atrévete a soñar!