Reconoce tu pecado y corre al Salvador

Reconoce tu pecado y corre al Salvador

Reconoce tu pecado y corre al Salvador

 

La voluntad de Dios siempre es buena. Nuestra tarea es conocer y seguir sus preceptos, y confiar en que lo que Él hace tiene un buen fin.

 

Leyendo Genesis tuve la inquietud de conocer que dicen los teólogos sobre este capítulo tan importante sobre las promesas de Dios para su pueblo, ¿Puede alguien, por más que quiera, influenciar la soberana perfecta y eterna voluntad de Dios por medio del engaño?

¿Es correcto el hecho de intentar manipular las cosas cuando las cosas no están saliendo como Dios garantizó que sucederían? Bueno, esta porción que encontré me ayudo a entender que la voluntad de Dios se cumplirá a pesar de nuestros errores. Por ello hoy te invito a que reconozcas tu recado y corras al Salvador.

 

La historia de Rebeca: 

La historia de Rebeca tiene un comienzo extraordinario. En Génesis 24 podemos verla como la respuesta directa a la oración de Eliezer, siervo de Abraham, quien fue encomendado a conseguir una prometida para Isaac.

Abraham deseaba para su hijo una mujer que no lo alejara de la promesa de Dios (Génesis 24:3-7), y cuando Eliezer revela su misión a la familia de Rebeca, este deseo es respondido: “Entonces llamaron a Rebeca y le dijeron: ‘¿Te irás con este hombre?’. ‘Iré’, dijo ella” (Génesis 24:58).

 

El llamado que recibió Rebeca fue seguido por una respuesta de obediencia, haciéndola partícipe de la misma bendición que recibió Sara cuando aún no había concebido a Isaac:

“Que tú, hermana nuestra,
Te conviertas en millares de miríadas,
Y posean tus descendientes
La puerta de los que los aborrecen”

Génesis 24:60

 

El capítulo 24 de Génesis muestra que Rebeca tenía todas las cualidades deseables en una esposa: dispuesta a ayudar, amable, sumisa. Así, ella se convirtió en consuelo para su esposo en medio del duelo por la pérdida de su madre.

 

Su nombre significa “cautivar”

El nombre de Rebeca refleja su habilidad para captar la atención del siervo de Abraham, quien, al ver su belleza, quiso saber quién era y llevarla ante Isaac. Según Bible Gateway, su nombre “significa ‘cuerda para atar animales’ o ‘nudo corredizo’ en una cuerda de este tipo (…). Aplicado a una mujer, la figura sugiere la belleza por la cual los hombres se ven atrapados o atados. Por tanto, otro significado de Rebekah es el de ‘que cautiva’. Si, de hecho, Rebekah significa ‘cuerda con lazo’, el nudo estaba firmemente cerrado alrededor del cuello de Isaac”.

 

El embarazo de Rebeca dolió tanto que rezó por su propia muerte

Rebeca concibió a dos gemelos, Jacob y Esaú, y constantemente sintió a los dos luchando entre sí. Causaba tanto dolor a su cuerpo que llegó a desear un alivio drástico:

 

Como los niños se chocaban el uno contra el otro dentro de su seno, ella exclamó: “Si las cosas tienen que ser así, ¿vale la pena seguir viviendo?”. Entonces fue a consultar al Señor, y él le respondió: “En tu seno hay dos naciones, dos pueblos se separan desde tus entrañas: uno será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor”

Génesis 25,22-23

 

Rebeca ayudó a Jacob a engañar a Isaac con buena comida

Cuando Isaac estaba en su lecho de muerte, estaba listo para dar su bendición paternal. Rebeca, al darse cuenta de que Esaú estaba destinado a recibirla por ser el primogénito, conspiró con Jacob para engañar a Isaac y ambos lo lograron. Esto supuso que la bendición de Dios iría a Jacob, que más tarde sería llamado Israel y recordado siempre por su pueblo. El plan culminó con un delicioso guiso que Rebeca preparó confiando en poder engañar a su agonizante marido.

 

Entre la voluntad de Dios y la nuestra

Hay tres eventos más registrados en la Biblia que nos muestran cómo Rebeca se fue alejando más y más de la voluntad de Dios.

 

  1. En Génesis 26:6-11, vemos cómo Isaac engaña al rey Abimelec diciendo que Rebeca era su hermana, por miedo a que lo mataran. A diferencia de la historia anterior, donde la pareja oró al Señor frente a la dificultad, ahora toman decisiones apoyándose en su propio entendimiento y no en la voluntad del Padre. Esta parece ser una actitud constante en ellos en lo que resta de la historia: el favoritismo que cada uno de ellos mostraba por uno de sus hijos (Gen. 25:28), la forma en la que aparentemente los criaron, y luego el deseo de cada uno de obtener la bendición de la primogenitura a toda costa para su preferido (Gen. 27).
  2. Génesis 27:1-40 relata cómo Rebeca, en lugar de consultar al Señor frente a la decisión de su esposo de bendecir a Esaú, hace todo lo que estuvo en sus fuerzas para conseguir la bendición para su hijo favorito, ¡y aún estaba dispuesta a recibir maldición sobre ella! (Gen. 27:13). Lo paradójico de esto es que Dios le había prometido que Esaú serviría a Jacob (Gen. 25:23), y su embarazo fue prueba de que Dios cumple sus promesas. ¿Estaba ella actuando bajo la voluntad del Señor o bajo la suya propia? ¡Es tan fácil hacer nuestra voluntad disfrazándola de piedad!
  3. Los últimos versículos de Génesis 27 finalmente relatan cómo Rebeca busca que su marido despache a Jacob para que huya de su hermano, quien desea matarlo. Pero en lugar de hablar con la verdad, ella le hace creer a Isaac que su preocupación es que Jacob tome mujer en yugo desigual (Gen. 27:46). El patrón se repite: Rebeca se hace pasar por mujer piadosa para hacer su voluntad.

 

Reconoce tu pecado y corre al Salvador

Al leer esta historia, ¿te has sentido identificada con Rebeca? ¿Has tenido actitudes, conversaciones, o actuaciones, en las que disfrazas de piedad tus propios deseos pecaminosos? Si confesamos nuestro pecado, Cristo es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9). Pídele en oración que te muestre esas áreas de tu vida en las que necesitas confiar nuevamente en la voluntad del Padre, de tal manera que puedas obedecer su Palabra.

Proverbios 3:5-6 es un hermoso recordatorio de que vale la pena confiar y encomendar nuestros caminos al Señor:

“Confía en el Señor con todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propio entendimiento.
Reconócelo en todos tus caminos,
Y Él enderezará tus sendas”.

 

Confía en Él. Su voluntad es mejor que la nuestra.

 

Fuente: www.coalicionporelevangelio.org

 

Leave a Reply

Your email address will not be published.