Sigiloso, así describen al presidente electo del pasado 3F, a pocas palabras menos problemas.
A escasos días de la elección presidencial notamos que el silencio del ahora presidente electo incomoda a muchos, o quizá los tiene nerviosos por no ser o comportarse como todos los anteriores; es de hacer notar que la campaña presidencial ya terminó y que la toma de posesión será hasta el mes de junio del presente año, por lo cual no es necesario que se exponga ante sus críticos y detractores por hoy. Hace algunos días con un par de frases publicadas en la red social de Twitter, logró sacar lo peor de muchos diputados e incluso del presidente de la Asamblea Legislativa actual, cargo que dejará en pocos días.
El propuso que se reorientaran 16 millones de dólares para la construcción de un hospital y de algunas escuelas públicas modelo, lo cual en su situación de presidente electo aún no tiene autoridad o efecto para iniciar este tipo de iniciativas, pero fue increíble la reacción de los políticos en general, hasta un ex presidente lo citó en redes sociales y esbozó su opinión al respecto.
Hasta hoy, solo es un deseo, ya que necesitará de los votos según entiendo de la mayoría de los diputados que conforman nuestra asamblea Legislativa actual y por los vientos que soplan, son o serán pocos los que se opondrán a reorientar estos fondos; pero mi punto es que con unas pocas frases escritas en redes sociales, reventaron de odio y resentimiento, “los mismos de siempre”, como el presidente les llama. Le advirtieron que no se trata de llegar dando órdenes a legislar y gobernar sin su aprobación previa, le advirtieron que su propuesta y proyecto debe pasar por la asamblea entre otras cosas.
Pero hoy resulta que si el presidente electo habla, está mal, si no habla, se ponen nerviosos también, que difícil es ser político en la actualidad cuando todos creen tener derecho a opinar sobre nuestras acciones, sobre nuestra conducta y comportamiento personal, donde todos están esperando verte caer para publicar en sus redes nuestros errores; que mal corazón, que mala actitud, pareciera que a nadie la importa el bienestar de otros, más bien estamos enfocados en lo propio.
Valdría la pena meditar en estas palabras que hoy escribo, y antes de criticar a quien se comporta sigilosamente por hoy, recordemos que pronto tendrá cinco años para cumplir y probar de qué material está hecho. Demos tiempo al tiempo, para que sea el tiempo quien aclare las cosas y acciones del electo presidente.
Tomaré una porción de la Biblia para cerrar mi idea de hoy; “El que ahorra sus palabras se ahorra problemas y en la multitud de palabras no falta pecado”. Y así la Biblia nos da muchas razones mas para no vivir hablando cosas fuera de tiempo, ¿Recuerdas la última vez que te metiste en problemas por hablar más de la cuenta sobre alguien o sobre algo que no estabas seguro? Es probable que tu respuesta sea que si lo recuerdes, como también lo incómodo que esto resultó para todos los involucrados en el problema, por ello prefiero ser y actuar sigilosamente que vivir con verborrea.
Qué lo sigiloso no te quite La Paz, ¡Ya vendrá el tiempo, ya vendrá tu hora!