Cosas que parecen, pero no son. Palabras que se dicen, pero no se sienten. Compromisos que se adquieren junto a promesas que no se cumplen.
La falsedad es la tarjeta de presentación del descorazonado, es la cruel manera de ser y vivir del desamorado; es la muestra de la dureza de corazón que muchos llevan dentro.
La falsedad tiene sus días contados; podrás engañar a algunos, pero no lo lograrás para con todos. Tarde o temprano llegarán las consecuencias y no necesariamente serán visibles para la sociedad, amigos o familia. Estas consecuencias las pagarás extrañando a quien engañaste y dañaste con tus mentiras, promesas y falsedades.
La falsedad enaltece al que cree dominarlo todo, pero al final sufrirá con agudeza la falta de verdaderos amigos, hermanos y confidentes. Será en ese momento cuando notará que el que ríe de último ríe mejor.
La falsedad abre muchas puertas, círculos, oportunidades; te permite conocer a muchas personas, pero la falsedad también te coloca en un lugar incómodo y vulnerable. La falsedad te dejará expuesto ante los que creen conocerte como los que se negarán a conocerte por las referencias que han tenido sobre tu persona.
La falsedad abre una puerta que resulta ser amplia y peligrosa: la puerta de la vergüenza. La falsedad te llevará a ese momento donde no podrás ocultar lo que verdaderamente sientes y estás atravesando, probablemente rodeado de personas, pero en completa soledad.
Cuidemos nuestra mente y corazón de la falsedad, evitemos creer que nadie lo sabrá o notará. Recuerda que tarde o temprano la factura llegará y cuando llegue lo hará con las consecuencias, que aunque nadie note, si las sentirá el que ha vivido en falsedad.
Del Escritorio de Toby Jr.
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