Muchas veces podemos llegar a ser demasiado injustos, por lo que esto va dedicado a todos los pastores, pero en especial a mi pastor.
Dios tiene tan puestos sus ojos en él que podemos percibirlo al estar cerca suyo, en su amor a su iglesia, en su pasión al servicio y su entrega al ministerio, cosas que hacen de él un hombre admirable, un ejemplo de lucha, perseverancia, y es eso por lo que hoy solo tengo un:
¡GRACIAS!
Gracias, por el amor que nos tiene,
Gracias por la paciencia,
Gracias por su compromiso,
Gracias por todas esas veces que dejó de hacer cualquier otra cosa por sentarse a escucharnos,
Gracias por sufrir con nosotros nuestros dolores o angustias
Gracias por preocuparse tanto por nosotros,
Gracias por todas esas enseñanzas que Dios pone en su corazón y en su boca,
Gracias por sus palabras de aliento en nuestros peores momentos,
Gracias por ayudarnos a levantarnos aun cuando quizá usted se siente sin fuerzas,
Gracias por contestar esas llamadas que tal vez le hicimos a medianoche cuando descansaba,
Gracias por sus noches de desvelo para traernos palabra de Dios,
Gracias por hacernos ver donde fallamos cuando nadie se atreve a decirlo,
Gracias por siempre hacer un tiempo para acompañarnos en nuestros momentos felices y de celebración,
Gracias por creer en nosotros a pesar de lo desagradecidos que muchas veces nos portamos,
Gracias por sus oraciones,
Gracias por estar en nuestras vidas,
Gracias por que sé que cuando lo necesito siempre está ahí, y quiero que sepa que le amamos, le honramos y bendecimos su vida grandemente,
Y perdón por las muchas veces que hemos causado tristeza y dolor en su corazón
Queremos pulirnos y ser ese Aarón y Hur que un día levantaron los brazos de Moisés cuando él se sentía cansado
Queremos ser las personas que cuando usted se sienta cansado, triste o decaído, estén ahí, así como está usted con nosotros y ayudarlo a levantarse.
Gracias por un Hombre de Dios,
Gracias por ser nuestro Pastor.
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