DISCIPULOS DEL SIGLOS XXI

¿Cambiaron las funciones del discípulo con el paso de los años? ¿Son todos los creyentes Discípulos? ¿Como saber si soy un verdadero Discípulo de Cristo? 

 

Discípulo es, en general, un aprendiz o alumno de un maestro. Discípulo es cada uno de los seguidores del maestro fundador de alguna escuela, especialmente de una escuela filosófica, movimiento artístico/gusto artístico o también de una escuela de pensamiento religioso.

 

I. Un discípulo es uno que aprende (que tiene el corazón y la mente abiertos, y que está listo y dispuesto a ser enseñado).

 

“el principio de la sabiduría es el temor de Jehová; los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.”

Proverbios 1.7

 

II. Un discípulo pone a Cristo en el primer lugar de cada área de su vida.

 

 “y decía a todos: si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.”

Lucas 9.23

 

III. Un discípulo se ha comprometido a vivir una vida de pureza, y se está separando de pecado.

 

 “en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.”

Efesios 4.22-24

IV. Un discípulo pasa tiempo a solas con Dios en la biblia todos los días y está desarrollando una vida de oración.

 

 “una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”

Salmo 27.4

 

V. Un discípulo demuestra la fidelidad y un deseo de aprender la palabra de Dios y aplicarla en su vida a través de oír la enseñanza y la predicación de ella, leerla frecuentemente, estudiarla, memorizarla y meditar en ella.

 

 “dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos.”

Juan 8.31

 

VI. Un discípulo tiene un deseo de testificar. Sabe cómo compartir el evangelio bíblicamente y con claridad, y lo hace con frecuencia, siempre creciendo en su habilidad de hacerlo.

 

 “porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.”

Romanos 1.16

 

VII. Un discípulo asiste a una iglesia local para que le suplan sus necesidades espirituales y también para participar en el ministerio de la edificación del cuerpo de Cristo.

 

 “y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”

Hebreos 10.24-25

 

VIII. Un discípulo tiene compañerismo con otros cristianos, mostrando el amor y la unanimidad.

 

 “nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.”

1 Juan 3.14-15

 

IX. Un discípulo muestra un corazón de siervo ayudándoles a otros de maneras prácticas.

 

 “y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. Porque el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”

Marcos 10.44-45

 

X. Un discípulo da generosamente a su iglesia local y está creciendo en esta gracia para llegar a ser un “dador alegre” ofrendando aun sacrificialmente.

 

 “pero esto digo: el que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre.”

2 Corintios 9.6-7

 

Conclusión: un discípulo demuestra el fruto del espíritu a través de una relación con Dios y con sus hermanos en Cristo.

 

 “mas el fruto del espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.”

Gálatas 5.22-23

Fuente: Jesus247.org