ENEMIGOS SILENCIOSOS

ENEMIGOS SILENCIOSOS

Vivimos en un mundo donde muchas de las luchas más intensas no son visibles. No se combaten con armas ni se exponen en redes sociales. Son internas, personales y, a menudo, dolorosamente silenciosas. Entre estos enemigos invisibles, uno de los más comunes y peligrosos para los hijos de Dios es el desánimo.

El desánimo no grita, no interrumpe con estruendo, pero se instala en el alma con una sutileza capaz de apagar hasta la llama más ardiente. Se presenta como una mañana gris después de días soleados, como una voz interior que cuestiona el valor de seguir intentándolo, como una sensación de soledad profunda aunque estemos rodeados de personas.

El alma, como el clima, cambia.
Nuestro estado interior puede compararse con el clima: un día nos sentimos fuertes, esperanzados, invencibles. Al siguiente, la oscuridad se cuela por las grietas, y lo que ayer parecía posible, hoy parece lejano e inalcanzable.

Pero no estamos solos en esa batalla. La Biblia nos ofrece consuelo, guía y esperanza para enfrentar esos enemigos silenciosos.

Esperar en el Señor renueva nuestras fuerzas en Isaías 40:31 declara:

“Pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.”

Isaías 40:31

Dios no promete una vida sin dificultades, pero sí promete fuerzas nuevas para quienes confían en Él. Así como el águila remonta vuelo por encima de la tormenta, los que esperan en Dios serán sostenidos en medio del cansancio.

Jesús está con nosotros… siempre en Mateo 28:20, Jesús asegura:

“He aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.”

Mateo 28:20

En medio del desánimo, la soledad suele intensificarse. Sentimos que nadie entiende lo que estamos pasando. Pero Jesús, en Su fidelidad, permanece. Él no abandona ni se olvida de Sus hijos.

Venid a mí y yo os haré descansar en Mateo 11:28-30 es una de las invitaciones más tiernas de Cristo:

Él no sólo ofrece descanso físico, sino descanso para el alma. Descanso en medio del dolor, consuelo en medio de la aflicción, esperanza en medio de la oscuridad.

Nada es imposible para Dios (Lucas 1:37)

Cuando el desánimo toma el control, parece que nada puede cambiar. Pero la Palabra nos recuerda que no hay carga demasiado pesada, ni situación demasiado difícil para Aquel que tiene poder sobre toda tormenta.

Deposita tu ansiedad en Él
1 Pedro 5:7 nos llama a: “Echar toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros.”

No fuiste creado para cargar con todo solo. Dios te invita a dejar tu peso en Sus manos y confiar en que Él cuida de ti de forma personal, amorosa y constante.
Jesús no sólo nos salva del pecado, también viene a liberarnos de todo lo que oprime el alma: miedo, ansiedad, heridas, traumas y, sí, también del desánimo.

¡No estás solo!

El desánimo es real. Es uno de los enemigos silenciosos que más ataca a los creyentes. Pero no tiene la última palabra. Jesús es mayor que cualquier sombra en tu alma. Él te llama, te sostiene, te renueva y te fortalece.

Hoy puedes repetir con fe: “Jesús, en ti confío”.

Porque si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?

ROMANOS 8:31

Del escritorio de Toby Jr.

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