Números 6:24-26
“El SEÑOR te bendiga y te guarde; el SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; el SEÑOR alce sobre ti su rostro, y te dé paz.”
En la Iglesia Cristiana Evangélica de todos los tiempos el saludo de bienvenida, o de despedida siempre fue “Dios te bendiga”,
esto nos posicionó como Cristianos o Evangélicos ante el mundo en general, Pero, ¿Sabes qué bendición es bendecir a otros con tus oraciones?
Es curioso como nadie rechaza una bendición de alguien que muchas veces ni conoce, pero esas palabras tienen mucho poder y potencial, a tal grado que esas palabras nos dan esperanza para seguir con buena actitud en la vida diaria.
2 Corintios 9:8
“Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra”;
Una bendición es el regalo que nuestros abuelos y padres nos daban antes de salir de casa, y ese regalo ahora puede salir de tu boca para con todos los que te rodean; con esa intención de desear una bendición sobre la vida de otros, serás tú el instrumento para la Gloria de Dios y de beneficio para quien tanto lo necesita.
Una bendición, si lo analizamos etimológicamente, es una manera positiva de hablar sobre algo o alguien en general.
Números 6:23
“Habla a Aarón y a sus hijos, y diles: «Así bendeciréis a los hijos de Israel. Les diréis:” …
Hablar bien sobre lo que puede estar sucediendo en la vida de otro trae a tu vida amor y bendición; Estoy basando este pensamiento en lo que se nos requiere como hijos de Dios, la Biblia nos manda a que amemos a nuestros hermanos como a nosotros mismos, solo en eso ya estaremos cumpliendo un mandamiento entregado por Dios para sus hijos. Seamos honestos, las palabras tienen poder sobre nuestras acciones, y en este caso, los buenos deseos tienen poder sobre toda mala obra del enemigo.
Bendecir a alguien nos aleja de la soberbia, nos aleja del egoísmo, nos hace personas más humildes ante Dios y la Sociedad en general. Esas bendiciones que deseamos a otros serán sobre nosotros en algún momento en la vida; no te prives de bendecir en el nombre de Jesús a tus amigos, colaboradores, familiares y conocidos. Hoy podemos hablar positivamente sobre todos aquellos que no conocen de Dios, y con esas palabras soltamos amor en estas expresiones de fe.
Proverbios 3:3
La misericordia y la verdad nunca se aparten de ti; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.
Hay bendición en bendecir a otros: nos ayuda a recordar las promesas de Dios, nos ayuda a pensar en otros, nos ayuda a recordar lo ordenado por Dios. Tú hoy puedes ser de bendición para todos, la bendición de Dios cambia todas las cosas y tú puedes ser un portador de dicha bendición a los que no conocen de Dios.
¿Sabes que privilegio hay en cambiar la vida de otros por medio del amor de Dios?
Aprovecha hoy ese privilegio, escoge palabras de vida y no palabras de muerte.
Aprendamos el arte de Bendecir a otros.