¡LA DESPEDIDA DE UN GRANDE!

Todos sabemos que le vida tiene un tiempo determinado para cada uno de nosotros, lo peligroso es no tomar nota de la fecha de nacimiento como también de la fecha de vencimiento de todas las cosas que hacemos o soñamos alcanzar es ente corto viaje llamado vida; cada una de la etapa merece el respeto y agradecimiento por haberlas experimentado por duras que sean.

La inconformidad nos hace perder la visión de lo que realmente es importante y de cómo disfrutar esto que llamamos ruta de la vida, no te sientas olvidado o dejado por fuera, Dios siempre nos da oportunidades para mejorar y disfrutar de sus maravillas incluyendo a personas increíbles que nos llenan de alegría con el pasar de cada experiencia vivida.

Pretender retener el tiempo es un grave error, el tiempo es algo que no está en nuestra potestad, el tiempo es algo que está exclusivamente en manos de Dios y será el quién dicte los eventos a descubrir en el momento preciso y adecuado; no te amargues creyendo que con enojarte las cosas cambiaran para bien, creo que lo mejor que podemos hacer es conservar nuestra buena actitud ante lo no comprendido.

Los grandes de la historia también están en este mismo viaje, muchos hoy comentan y se lamentan como los famosos jugadores de fútbol ya no forman parte de las alineaciones de los mejores equipos que hoy reinan en la liga. Pero en realidad su tiempo ya pasó, ahora serán las nuevas generaciones las que disfrutarán de sus ídolos o jugadores favoritos, no te amargues creyendo que nada es igual que antes cuando en realidad las cosas ahora quizá son mejores.

No llores la despedida de un grande, más bien demos gracias a Dios por haberle conocido y haber sido testigos de sus grandes hazañas y logros personales o familiares, Dios levantara nuevos líderes con corazones proyectados para dar cosas aún mayores a las que ahora se ven; si te limitas a lamentarte del pasado te estarás perdiendo lo maravilloso que es la vida hoy.

Despidamos a los grandes con honores, y a la vez demos gracias a Dios por todo por ellos aportado y experimentado ya que fueron estas experiencias las que nos llenaron 

de valor para seguir luchando por nuestras nuevas generaciones, disfrutemos el tiempo de Dios y de nuestros éxitos personales con un corazón agradecido; y cuando este por lamentar la despedida de un grande mejor agradece a Dios