La resurrección

La resurrección

Cinco pruebas de la Resurrección de Jesús

El sepulcro vacío, la guardia romana, la valentía de los testigos, la coherencia de los testimonios a lo largo de la historia muestra un sentido en la interpretación de los signos.

El problema principal ante Jesucristo no reside en sus enseñanzas o en su bondad, sino en su pretensión de ser Dios y de haber vencido a la muerte tras el sacrificio de la cruz.

 

Para una razón humana, abierta a la posibilidad de que Dios se haya encarnado, haya pisado la tierra, se haya relacionado con los hombres, haya muerto y, posteriormente, haya resucitado surge la pregunta sincera sobre quién fue Jesús de Nazaret. ¿Un gran maestro, un profeta o algo más, a pesar de morir como un delincuente, bajo la ley romana y judía?

 

La gran cuestión es que hoy muchas personas creen en la vida de Jesús; que realmente resucitó y que se le puede encontrar en la comunidad cristiana. A partir del texto bíblico se pueden sacar algunas conclusiones razonables por la reacción de los protagonistas de tal acontecimiento.

 

Un sepulcro vacío

El sepulcro vacío puede ser la mayor evidencia o la prueba más atacada por aquellos que no crean en la resurrección.

La tumba que José de Arimatea adquirió para Jesús fue sellada con una roca, y una guardia romana cuidaba el lugar, apostada ante la salida, ya que los fariseos temían que los discípulos de Jesús robaran el cuerpo para simular esa resurrección anunciada por Cristo. Hubiera bastado encontrar el cadáver y mostrarlo, pero no se consiguió.

 

La guardia romana

Resulta improbable el hecho de robar el cuerpo de Jesús por parte de unos discípulos atemorizados por los trágicos acontecimientos que acabaron con su Maestro. El Evangelio no tiene reparos en mostrar esa estampida por parte de sus seguidores

Por otra parte, a la guardia romana pertenecían los soldados mejor instruidos del Imperio.

Los fariseos podrían haber aducido que la guardia se durmió, y que los seguidores de Jesús robaron el cuerpo en ese momento. Pero, de ser así, ¿cómo puede seguir vivo en el tiempo el mensaje pascual de Cristo dos mil años después, a partir de un relato sobre un cuerpo desaparecido? La historia de la Iglesia sería un despropósito desmesurado en comparación con el origen humilde de un condenado a muerte.

 

El cambio de actitud de los apóstoles

Los apóstoles pasaron del miedo, la huida y la cautela, a ser un grupo de valientes predicadores, dispuestos a pasar todas las penurias que relatan los Hechos de los Apóstoles y toda la historia de los santos con tal de proclamar que Cristo ha resucitado. ¿Qué hecho sucedió para que cambiaran su actitud? Los testigos hablan de la resurrección de Jesús. Un hecho que, para la mentalidad semita, resulta escandaloso, a no ser que verdaderamente haya sucedido.

 

Los testimonios

Si los testimonios sobre la resurrección son una alucinación colectiva que tuvieron algunos, –500 dice la Escritura–, ¿cómo es posible que dicho testimonio no se haya desnaturalizado desde su origen y todos y cada uno de los testigos relaten lo mismo, una vez que han partido de Jerusalén hasta el tiempo presente?

 

Jesús, hoy

Una última evidencia, abierta a la interpretación de la razón, es el hecho de que Jesús sigue cambiando vidas. Sigue presente en el testimonio fatigado, distraído o enérgico de tantos cristianos conversos a lo largo de la historia hasta hoy día, en los cinco continentes, anunciando, humildemente, que Él estará con nosotros «todos los días hasta que vuelva».

 

Del Escritorio de Toby Jr.

 

Leave a Reply

Your email address will not be published.