El temor paraliza, el temor limita, el temor nos impide buscar nuevas alternativas para resolver lo que hoy consideramos un problema. Los cambios siempre son necesarios aunque no sean siempre positivos, este cambio presidencial algunos lo consideran para mal y otros lo consideramos bueno; el pasado 3 de febrero vivimos un fiesta electoral en una democracia que aún palpita en el corazón de los Salvadoreños, llena de pasión y activismo.
Este 3 de Febrero o “3F” celebramos la elección del nuevo presidente número 112 de El Salvador, fue todo un espectáculo democrático, cientos de colaboradores en las urnas electorales y miles de simpatizantes de los diversos partidos políticos participamos en la elección presidencial HISTÓRICA y lo hicimos de una manera pacífica y muy colorida. Por cierto la llegada de los candidatos presidenciales y sus familias a los centros de votación fue tremendo espectáculo.
Con casi cero conatos de violencia y una participación según los conocedores muy por debajo de lo tradicional, los resultados favorecieron al candidato más joven, más criticado y mas victimizado.
Se los cuento para que quede registrado en la historia de nuestro país: Resulta que al candidato ahora presidente electo de El Salvador, le expulsaron de su ex partido de izquierda, luego de inscribirse en otro partido político para participar en las presidenciales, le cerraron el partido donde se inscribió a escasas horas para cerrar las inscripciones para las presidenciales de 2019, al final logró participar e inscribirse como candidato por la presidencia con un partido que se fundó por diputados rebeldes que salieron de otro partido de derecha, el cual está señalado por una diversidad de actos de corrupción en gobiernos anteriores. Por increíble que parezca, la inscripción se logró minutos antes de las doce de la medianoche, cuando vencía el plazo para la inscripción para su candidatura presidencial, en fin, esto no es telenovela, es lo que sucedió en realidad.
Luego ya inscrito e iniciar la campaña política de una manera muy atípica a lo tradicional, utilizando las Redes Sociales, Facebook Live, Twitter y muchas redes más, le culparon también de crear un ejercito de troles para apoyar sus ideas, que para muchos son nuevas y para otros son inexistentes o recicladas; le señalaron por utilizar partes de estudios publicados por una reconocida universidad de El Salvador, le señalaron por presentar su plan de gobierno al estilo Steve Jobs de Apple, pero la verdad es que ahora todo tiene sentido ya que sus críticos y opositores recibieron una paliza histórica electoralmente hablando, ya que ganó las presidenciales del 2019 por un amplio margen de votos a su favor sobre sus opositores; muy amplio pero cierto, les sacó el doble a todos los contendientes, fue histórico; como decimos en El Salvador le entraron en “En Vaca” y no pudieron.
Me llama poderosamente la atención que al nuevo presidente no permitió que el temor lo paralizara, por lo contrario el temor le hizo trabajar con mayor ahínco y dedicación para alcanzar sus metas personales y generar un rompimiento histórico del bipartidismo en El Salvador. Señores por increíble que suene, salieron a votar aunque en menor porcentaje una nueva generación de jóvenes que tampoco le tienen miedo al cambio. Una generación de guerreros que están dispuestos a generar aun más cambios en la sociedad Salvadoreña.
Esto me llena de satisfacción, que a pesar que soy de la vieja escuela el ver perder las presidenciales a mi tradicional partido pude superar el dolor por amor al cambio, ya que todo podrá mejorar si el nuevo presidente cumple lo prometido en su campaña.
No le tengas miedo, el nuevo presidente no come niños, no quema biblias, no prohibe la libertad de expresión, es un Joven con un corazón inquieto que está decidido a mejorar la condición de los menos favorecidos y ayudar al desarrollo general de nuestro País El Salvador; esto será imposible si se apodera el miedo de nosotros, de tu familia. Atrévete a conocerle, date una oportunidad.
Por cierto, si crees que estoy defendiendo al nuevo Presidente te responderé que el se detiene solo, y le agradezco como amigo y pastor numero uno su amistad y numero dos que no se montó en las Iglesias Evangélicas ni Católicas para darse golpes de pecho el día de las elecciones en una Misa o en un Culto Evangélico. No llevó a los besa botas a imponer manos como si la oración fuera mágica solo par ganar votos, es por ello que admiro su determinación en separar la iglesia de la política, y espero que todo le salga bien. Sí eres evangélico o pastor y tienes miedo por los cambios, recuerda que ninguna tormenta dura para siempre y que ante Dios se doblará toda rodilla.
¡NO LE TENGAS MIEDO!