Un ejemplo de traición es el daño que una persona siente cuando tras haber depositado su confianza en alguien al haberle confesado un aspecto personal, ha divulgado esa información ante terceras personas. En este caso, se produce una traición a la propia intimidad.
Del latín traditĭo, la traición es aquella falta que quebranta la lealtad o fidelidad que se debería guardar hacia alguien o algo. Consiste en renegar, ya sea con una acción o con un dicho, de un compromiso de lealtad. Traicionar es defraudar.
Treinta y seis meses de trabajo han sido suficientes para experimentar el mal sabor de una traición, peor lo más grave de todo es que los que traicionan te hacen ver que el malo de la película eres tú; es una manera de manipular y trastocar la basura que llevan en su mente y corazón.
Valentía para afrontar sus errores, eso es de lo que carece una persona que traiciona; normalmente se llenan la boca de actos de justicia y ayuda, cuando en realidad solo son seres aprovechados de eventos, personas o circunstancias para lograr sus mezquinos planes.
Poca visión, es otra de las características del traidor ya que lo que tú haces, desarrollas o propones lo aceptan y abrazan hasta que se sienten seguros de poder sustituirte en los procesos o proyectos de vida. Ellos no tienen algo que Dios te confió a ti y por ello te traicionan.
Desconocen la ética en todas sus presentaciones y formas. La ética sirve para la convivencia pacífica entre los seres humanos; promueve el comportamiento moral de forma que las personas puedan convivir en sociedad. En este sentido, la ética determina el comportamiento de los seres humanos en materia de deberes, derechos, obligaciones, justicia y otras virtudes.
Falta de temor a Dios. Tener temor de Dios es una absoluta reverencia y admiración por un Dios Todopoderoso, el creador de todas las cosas. A través de la Biblia recibimos algunas visiones del cielo, y vemos que las criaturas celestiales lo adoran alrededor de su trono continuamente, gritando «¡Santo, santo, santo!» cubriendo sus rostros. Este Dios Todopoderoso me ha llamado por mi nombre para servirlo, y Él está obrando en mí para que pueda ser salvo y pueda estar con Él por la eternidad. ¡Esto debe causar en mí que el amor, gratitud y una reverencia inexpresable crezcan y aumenten en mi corazón!
Estos 4 factores nos definen como terminan los traidores, ante la sociedad, ante la presencia de Dios y ante sus propias familias o círculos de amigos.
Terminarán quintándose la vida, perdiendo las oportunidades y amistades, y quizá hasta llegaran perder su propia familia. Vivirán haciendo creer que son algo que no son, seguirán en su mundo de mentiras y falsedades; se llenaran la boca de todas las cosas que a su criterio les parecen injustas cuando en realidad ellos han roto toda norma de convivencia, ética, amor y temor De Dios.
Jamás olvides esto:
“AL MALHECHOR NO SE LE SIGUE, SOLO SE LE ESPERA”
El final de todo traidor ya está descrito en este maravilloso libro de la Biblia, no llores por aquello que Dios pretende quitar de ti para cuidar de tu corazón; perdona y sigue avanzando, que en el camino descubrirás todas las maravillas que Dios tiene para ti y para los tuyos.